Historia del arte Aragonés

Desde los Pirineos hasta las sierras turolenses saldrán a tu paso castillos majestuosos, monasterios que huelen a incienso, palacios con mil historias, catedrales, torres, iglesias y pequeñas ermitas situadas, a veces, en lugares que acarician el cielo. 



En Aragón contamos una manifestación artística única: el mudéjar. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, constituye una impronta inigualable que dejaron los artesanos musulmanes en edificios cristianos durante la Edad Media. Desde los Pirineos hasta el valle del Ebro, embárcate en una aventura inolvidable en la que la piedra se hace arte de la mano del románico. Te invitamos también a hacer un recorrido por los orígenes de Goya, el artista aragonés más universal, y la obra que legó a su tierra.


Castillos musulmanes y cristianos, templarios y calatravos, algunos palaciegos y otros, imponentes fortalezas. Fría piedra, antiguas leyendas, historia, arte, paisaje... Los monasterios aragoneses llevan siglos esperando tu visita. Las Catedrales, colegiatas, y santuarios que aúnan arte y religión, no te las pierdas.

Basílica de Nuestra Señora del Pilar, Zaragoza
Según una antiquísima tradición, la basílica se construyó en el mismo lugar en el que la Virgen se apareció al apóstol Santiago, que se encontraba predicando a orillas del Ebro. En torno a la columna o 'pilar' en el que la Virgen se apoyó, se erigió la primera capilla en su honor.
Monasterio de San Juan de la Peña Jaca (Huesca)
Monasterio rupestre de espectacular emplazamiento, joya del románico y primer panteón real de Aragón. Construido al amparo de la roca a principios del siglo X, es un lugar mágico que combina historia, cultura y naturaleza como ningún otro.

Catedral de Teruel 
Junto con las torres de las iglesias del Salvador, San Martín y San Pedro, el cimborrio, la techumbre y la torre de la catedral de Santa María de Mediavilla conforman el principal exponente del mudéjar turolense, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Junto con las torres de las iglesias del Salvador, San Martín y San Pedro, la torre, el cimborrio y la techumbre de la catedral de Santa María de Mediavilla conforman el principal exponente del mudéjar turolense.
De planta cuadrada, la torre presenta tres cuerpos y un remate octogonal. El cimborrio, por su parte, es un octógono que presenta ventanales ajimezados con motivos renacentistas.
Ya en su interior, mira hacia arriba y sorpréndete con la belleza de su techumbre. Su abundante decoración está hecha a base de motivos geométricos, heráldicos, vegetales, epigráficos y figurativos (oficios, religiosos, reyes, reinas, caballeros, nobles, santos, etc.) constituyendo una verdadera enciclopedia de la vida medieval. Es, sin duda, la más bella techumbre mudéjar de madera pintada y está considerada la ‘capilla sixtina del mudéjar’.
Castillo de Loarre (Huesca)
Fue fundado por el gran monarca Sancho III el Mayor y es una verdadera joya de la arquitectura civil y militar de la época. Ha servido en numerosas ocasiones como escenario de películas, entre otras, ‘El Reino de los Cielos’, de Ridley Scott. 
Levantado en un espolón rocoso a 1071 metros de altitud, defendió la línea fronteriza del Reino de Aragón y fue pieza clave para el rey Sancho III el Mayor en la reconquista cristiana de esta tierra a los musulmanes.
Desde su posición se tiene un control sobre toda la llanura de la Hoya de Huesca y en particular sobre Bolea, principal plaza musulmana de la zona y que controlaba las ricas tierras agrícolas de la llanura.
Comprueba tú mismo lo bien conservadas que están las torres del homenaje y de la reina. Ya en el interior, la iglesia de Santa María, de influencia jaquesa, muestra una gran variedad ornamental en sus capiteles. Bajo la iglesia podrás ver la cripta cubierta con bóveda de cañón.
Destacan la pequeña capilla, la cripta de santa Quiteria, situada a la entrada y la majestuosa iglesia del castillo, en la que destaca la cúpula por lo poco habitual que es en el románico.
Francisco de Goya


La obra del artista en Zaragoza
La decoración de una bóveda y una cúpula en la Basílica del Pilar fue su encargo más importante en la capital aragonesa. También la ciudad conserva una amplia colección de sus obras en el Museo de Zaragoza y en el Museo Goya - Colección IberCaja. En el Alma Mater Museum hallarás un retrato del Arzobispo Company que realiza en 1800.
Además, Goya dejó su huella en las paredes de la cartuja de Aula Dei, un bello monasterio de los cartujos situado en el barrio rural zaragozano de Peñaflor.

Goya en el Pilar
El tema escogido para decorar la bóveda del Coreto, situada frente a la Santa Capilla, fue La Adoración del Nombre de Dios. Por medio de nubes en diferentes planos, Goya crea la sensación de profundidad necesaria para dirigir la vista del espectador hacia el simbólico triángulo.
Palacio de la Aljafería, Zaragoza
Fue residencia de recreo de los reyes musulmanes y refleja el esplendor alcanzado por el reino taifa en su máximo apogeo político y cultural. Ha sido recinto fortificado, residencia real aragonesa, sede y cárcel de la Inquisición, palacio de los Reyes Católicos, cuartel y, desde 1987, flamante sede de las Cortes de Aragón.

La Seo o Catedral del Salvador, Zaragoza
Construida sobre la antigua mezquita, es un extraordinario compendio de siete siglos de historia del arte, del XII al XVIII. En el interior y el exterior sobresalen magníficas muestras de arte gótico, mudéjar, renacentista, barroco y neoclásico.


Monasterio de Rueda
En la localidad de Sástago (Zaragoza), a orillas del río Ebro, se levanta este soberbio conjunto monumental. Quedarás deslumbrado por la austeridad de su iglesia, su claustro gótico, su esbelta torre mudéjar y la gran noria hidráulica de 18 metros de diámetro que da nombre al monasterio.
En cuanto a su arquitectura, el Monasterio de Rueda mantiene esta condición cisterciense de arquitectura humilde, alejada de la ostentación de Cluny. El conjunto presenta la planta típica del Císter debido a que la edificación fue realizada por los propios monjes, siendo de hecho los abades del mismo los arquitectos encargados de las obras. Un gran acierto en esta obra fue que las ampliaciones sucesivas de los siglos XVII y XVIII se extendieron alrededor del monasterio, dejando intacto el primitivo núcleo medieval, al tiempo que las celdas de los monjes, la espectacular galería herreriana y el palacio abacial dieron forma a la Plaza de San Pedro, conformando la monumental entrada actual.

Se asienta en la vereda del río Ebro, a medio camino de las nobles villas de Sástago y Escatrón. En 1182 el monarca Alfonso II otorga la villa y el castillo de Escatrón al Císter, de forma que los monjes pronto comienzan la construcción del monasterio. Las obras comienzan en 1202, alargándose hasta el s XIV, cuando se concluye la fábrica medieval del conjunto y se eleva su esbelta torre mudéjar. El templo es consagrado en el año 1238.

Puerta de acceso al claustro

Como avanzada para la colonización y evangelización de nuevas tierras fronterizas, prácticamente deshabitadas, los reyes de Aragón impulsan el asentamiento. En un tramo navegable, aprovechando los recursos de una vega fértil y húmeda, con numerosas islas y riberas boscosas, una laguna salina en explotación y montes cercanos para el pastoreo.

El origen del Monasterio de Rueda se inicia en 1152 con la fundación de la abadía de Nuestra Señora de Saltz realizada por los monjes de Gimont, que a su vez procedían de la casa madre Morimond. En 1162, a partir de la cesión de tierras en Burjazud (Villanueva de Gállego), se fundó la abadía de Juncería, precedente inmediato de Rueda.

Finalmente, en 1182 el rey Alfonso II de Aragón cede a los monjes el castillo y villa de Escatrón, Zaragoza. Se trata de un emplazamiento a orillas del Ebro, más acorde con el espíritu cisterciense, dotado de territorio por colonizar, donde llegarán a partir de 1202 para fundar el actual monasterio. Poco después comenzarán las obras que se prolongarán durante varios siglos, sufriendo los altibajos económicos del Reino de Aragón y de la comunidad monástica en particular.

Tras los pasos previos a la instalación definitiva de los monjes en Rueda, la actividad constructiva va a desarrollarse durante todo el siglo XIII en sus ámbitos fundamentales. En 1238 se consagraba la iglesia, y en 1292 todavía se confirmarán privilegios relacionados con la extracción de piedra y madera para la obra. Pero hasta la segunda mitad del siglo XIV y principios del XV no puede considerarse cerrado el conjunto de la fábrica medieval con las últimas fases de la iglesia.
En este momento quedaría configurado no solo el núcleo medieval que hoy podemos admirar, sino también una serie de dependencias complementarias como la zona de conversos, estancias agrícolas, antiguo palacio del abad, etc. Estos espacios se desarrollan en el marco del entorno de la cilla y en el de la plaza de San Pedro. Durante los siglos XVI y XVII se irán sustituyendo hasta configurar la actual plaza de proporciones monumentales, destacando por su calidad la galería herreriana que une el nuevo Palacio Abacial con el conjunto medieval. Varias décadas más tarde, detrás del claustro se construirán la gran nave de los nuevos dormitorios y el noviciado, actualmente en estado semirruinoso.

Desde los primeros momentos de la construcción del monasterio, también se inician las obras de infraestructura hidráulica. Consisten en el azud y la noria o rueda que elevaba el agua del río hasta el acueducto de factura gótica, en parte visible y en parte subterráneo, que reparte el agua por el conjunto monástico siguiendo las disposiciones propias de la Orden.
Con la desamortización de Mendizábal, a resultas de los decretos de 1836 y 1837, los bienes del monasterio serán utilizados para labores agrícolas, el patrimonio artístico se dispersará y buena parte del mismo resultará destruido.

Ya recientemente, las edificaciones postmedievales y la huerta son cedidas por su último propietario a la Diputación General de Aragón, en el año 1990. La titularidad de la zona medieval del monasterio, que desde la desamortización había pertenecido al Estado, en 1998 fue traspasada a la Diputación General de Aragón con el compromiso de impulsar su restauración.











La Puerta Real, a la que conduce el camino de llegada, ha sido el acceso más monumental del monasterio desde que se construyera a principios del siglo XVII. Fue decorada en el XVIII con una serie de esculturas de temas bernardos. Una vez atravesado el amplio zaguán, se puede apreciar la totalidad del conjunto de la Plaza de San Pedro, cerrado al oeste por el barroco Palacio Abacial que se une al núcleo medieval a través de una magnífica galería de estilo herreriano, de proporciones únicas en Aragón. En el lado norte de la plaza se encuentra la antigua hospedería y otras edificaciones de menor importancia. El frente lo ocupan los pies de la iglesia con una sencilla portada gótica, y el cierre de la galería occidental del claustro, al que también puede accederse a través de una bella portada situada bajo la galería. La iglesia responde a uno de los modelos más sencillos entre las tipologías del Císter: tres naves con triple cabecera plana, sin crucero y cubierta con bóvedas de crucería simple. A pesar de su temprana fecha de consagración, en 1238 , parece que el edificio no se terminó hasta el periodo bajomedieval. Incluso se constata un cambio de obra, ya que se pasa del sillar al ladrillo y de los ventanales góticos a los de tracería mudéjares. En el lado del Evangelio se abren capillas de diversa cronología, conservándose las de Santa Bárbara y la de San Bernardo, de decoración barroca, a ambos lados de la primitiva capilla del Santo Cristo. Junto a la cabecera y en el lado opuesto se encuentra la sacristía medieval, muy reformada, y un oratorio barroco decorado con esgrafiados.

Desde la iglesia se accede al claustro, en torno al que se distribuyen las dependencias y se articula la vida monástica. El claustro también sufrió un lento proceso constructivo, siendo más antigua la galería este donde se ordenan la sala capitular, con una portada inigualable y con las tumbas de varios abades; la escalera al dormitorio; el locutorio, desde el que se accede a la cárcel y, a continuación, el paso a la huerta y la sala de los monjes en el ángulo sudeste. En la galería meridional se encuentra, en primer lugar, el calefactorio, le siguen el refectorio con el pabellón de la fuente o lavatorio enfrentado y la cocina. El dormitorio ocupa toda el ala capitular en su planta superior y tiene una pequeña estancia independiente para el abad, situada junto a la iglesia, y un calefactorio nuevo añadido al medieval en el ángulo opuesto. También existió un sobreclaustro añadido, hoy desaparecido, del que se conserva una galería de arquillos recayente a la plaza de San Pedro.

Desde el dormitorio del abad puede accederse a la torre mudéjar. Desde el cuerpo barroco superior se obtiene una visión inigualable de todo el conjunto.

Saliendo por el claustro junto a la cocina, es imprescindible visitar la cilla - almacén de víveres -, interesante construcción de dos plantas de concepciones arquitectónicas muy diferentes.

De este conjunto medieval destaca la integridad de conservación de las dependencias básicas de la traza ideal de los monasterios cistercienses, destacando por su calidad excepcional la sala capitular y el refectorio con su púlpito para el lector. A través de la decoración de las galerías del claustro se puede seguir la evolución cronológica y formal del proceso constructivo, y observar cómo desde la primera decoración de motivos estrictamente vegetales o geométricos (siglo XIII), se pasa a los modelos figurativos (siglo XIV).

Terminado el recorrido del núcleo principal, en el área del cementerio pueden verse los restos de los dormitorios barrocos y las ruinas del molino de aceite. Imprescindible resulta acercarse hacia el Ebro por el camino exterior para observar, a distancia, las estructuras de la noria y el acueducto que derivan el agua al monasterio a través de conducciones que pueden observarse en algunas dependencias, y los restos del molino harinero anexo, junto al paisaje de ribera de las islas conformadas en el río por el azud.


Catedral de Santa María de la Huerta
La catedral de Tarazona se realizó en estilo gótico francés, pero mantiene magníficos ejemplos de estilo mudéjar, entre ellos, un claustro gótico-mudéjar.
Al igual que en la torre, el mudéjar se funde con el gótico en el impresionante cimborrio y en el claustro.
El interior te sorprenderá por su variada decoración y grandiosidad. La restauración descubrió las singulares pinturas de grisalla que adornan el interior del cimborrio, con un programa iconográfico único en Europa.
Esta joya del patrimonio aragonés sufrió graves daños durante la Guerra de los Dos Pedros (1356-1369). No obstante, se convirtió en un bello ejemplo de arquitectura gótica; pero tambien del mudéjar, como lo demuestran el claustro, el cimborrio y la torre. En el siglo XVI, el interior del templo se renovó segun la estética renacentista, con bellas pinturas murales. Destacan especialmente las pinturas del tambor del cimborrio, calificadas como la ‘capilla sixtina del renacimiento español’.
Entre las aportaciones barrocas posteriores, destacan el pórtico mayor, de acceso al templo y el trascoro, donde podrás contemplar pinturas de Vicente Berdusán.

Colegiata de Santa María de Calatayud 
combina en su construcción elementos mudéjares, renacentistas y barrocos, resultado de una dilatada historia que se remonta a los años de la Reconquista de la ciudad por Alfonso I.
Por su claustro mudéjar y su torre de planta octogonal está considerada una de las obras arquitectónicas más importantes del arte mudéjar aragonés, declarado por la UNESCO Patrimonio Mundial.
Declarada también Monumento Nacional, la colegiata fue construida, parece ser, junto al solar en el que se emplazaba la antigua mezquita. Enseguida te llamará la atencion su torre, de más de 70 metros de altura y principal elemento identificativo de la localidad. Es una de las más altas de Aragón y sigue la estructura de las torres alminar. Su monumental portada-retablo renacentista tampoco te dejará indiferente. El interior del templo, de gran amplitud espacial, predomina la arquitectura barroca, aunque en la ornamentación y en los retablos se da una gran variedad de estilos.
La iglesia de estilo mudéjar, perteneció a la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén, situada en la localidad desde el siglo XII. De aquella iglesia solamente queda parte del claustro, construido en el siglo XIV, así como restos de algunas estancias. Cuenta con una galería superior con alfarjes y esgrafiados pintados en las inferiores. En el claustro podrás visitar el Museo de la Colegiata.

Castillo de Peracense (Teruel)
Es uno de los más bellos e impresionantes de Aragón. Se levantó en plena roca en el siglo XIII para defender la frontera con Castilla. Fue castillo defensivo, cárcel e importante cuartel durante las guerras carlistas.
El casco urbano de Peracense está vigilado por la silueta de su imponente castillo, levantado en el siglo XIII sobre una fortaleza islámica anterior.
Se construye como sistema de defensa en la frontera con Castilla. Tras la unión de Castilla y Aragón por el matrimonio de los Reyes Católicos, el castillo pierde su importancia y se hace cargo de él la Comunidad de Daroca, que estuvo nombrando alcaides hasta 1702.
El paso del tiempo no ha podido con esta inexpugnable edificación, que a día de hoy, conserva sus estancias casi en su totalidad. Cuenta con una planta de 4000 m² y tres recintos concéntricos.
Observa cómo la roca se funde con el castillo y cómo este se mimetiza con su entorno, y es que la mayoría de edificios del pueblo, como la iglesia o el ayuntamiento, están construidos, al igual que el castillo, con piedra de rodeno, característica por su color rojizo.
Las mejores vistas del castillo y sus alrededores las obtendrás desde el cerro de San Ginés, aunque tampoco tiene desperdicio la panorámica que obtendrás desde la propia fortaleza.

Castillo de Alcañiz (Teruel)
El conocido como Castillo de los Calatravos domina la ciudad desde lo alto de la llamada loma de Pui Pinos. Se construyó ya en época islámica como enclave defensivo de gran importancia.
Ha sido castillo, palacio, cárcel, cuartel, cementerio y residencia. El edificio actual, convertido en Parador Nacional, es el resultado de numerosas reformas y ampliaciones que han dado lugar a una compleja planta en la que el palacio medieval y el palacio barroco comparten el gran claustro del siglo XIV. En el exterior, todo el recinto queda rodeado por una pequeña muralla reformada en el siglo XIX.
La parte más antigua del castillo corresponde a la zona nordeste, en la que se levantan la bella Torre del Homenaje y la Capilla, ambas fechadas a finales del siglo XII e inicios del siglo XIII.
De gran belleza son sus pintura góticas, que datan de la primera mitad del siglo XIV y constituyen uno de los conjuntos de pintura mural más interesantes de Aragón.
Tras un periodo de ruina, en 1925 fue declarado Monumento Nacional, y ya en los años cincuenta fue parcialmente reformado. En la década siguiente, y con la intención de habilitar parte de él como Parador Nacional, se llevó a cabo una profunda reforma y consolidación de este magnífico conjunto.


Castillo de sadaba (Zaragoza)
Fundado por Alfonso I el Batallador en 1125 sobre un castillo árabe anterior, fue muy modificado en 1215 después de su conquista por Sancho el Fuerte de Navarra. Su planta es un rectángulo casi perfecto, de 33 X 25m,  del que sobresalen majestuosas siete torres, dos de las cuales forman el acceso en recodo al interior del recinto. En su interior hay una pequeña capilla en forma de cubo,  que exteriormente sólo se reconoce por dos grandes semicolumnas adosadas a la derecha de una sencilla portada.
El poblamiento primitivo de Sádaba asentó alrededor del castillo, para desplazarse en el siglo XV a la otra orilla del río Riguel.

Tras las invasiones bárbaras y la conquista musulmana, Sádaba, punto fronterizo entre cristianos y musulmanes, se integra plenamente al reino cristiano con la reconquista definitiva que Alfonso I El Batallador lleva a cabo en toda la Comarca de las Cinco Villas en torno al año 1091.

En un documento de 1099 constan como señores de la villa D. García Garcés, caballero de D. Sancho Ramírez, rey de Aragón y de Navarra, y su esposa Blazquita, y en otro de 1158 se cita a un hijo del matrimonio, llamado Pedro, como señor de Sádaba. Es poco probable que se tratase de un señorío hereditario, puesto que en el s. XII eran ocupados por designación real.

Arco de Santa Águeda (Escatrón) Zaragoza

Se trata, aparentemente, de una de las antiguas puertas del recinto fortificado de la villa, reconvertida en capilla abierta una vez perdida su función defensiva. De este modo, la capilla, abierta hacia el interior del recinto, se dispone sobre el hueco de paso.

En su parte inferior es un paso cubierto con bóveda de cañón, con embocadura en arco de medio punto hacia el interior del antiguo recinto y de arco rebajado hacia el exterior; ambos arcos están realizados en ladrillo, aunque apean en paramento de sillar, probablemente más antiguo.

Sobre ellos se dispone el cuerpo donde se encuentra la capilla propiamente dicha, de planta cuadrangular y cubierta con cúpula, cubierta con cimborrio octogonal al exterior.

El frente que da al exterior es totalmente liso, mientras que el del interior está totalmente decorado. Tanto la rosca del arco como las enjutas presentan decoración rehundida de carácter geométrico. Sobre ellos se abre la capilla, con vano en arco de medio punto, flanqueado por pilastras toscanas que sostienen un entablamento moldurado.

Al interior el espacio se cubre con una bóveda hemiesférica, en cuyo tambor se abren ocho ventanas de medio punto para iluminación.

Su tipología es muy similar a la de las capillas abiertas características de la vecina comarca del Bajo Aragón, donde son muy abundantes. En la comarca de la Ribera Baja pueden encontrarse también en Quinto.


Iglesia de San Pedro de Lárrede 
Es una iglesia situada en Lárrede, Huesca (España), a unos 7 km de Sabiñánigo, municipio al que pertenece.

Dedicada a San Pedro, fue construida hacia 1050 en estilo románico aragonés, perteneciendo al grupo de iglesias denominado del Serrablo, por encontrarse en la comarca histórica del Serrablo. Este grupo de iglesias se caracteriza por la ausencia de escultura figurativa y ornamental, gruesas molduras aboceladas, vanos en arco de medio punto o ligeramente apuntados encuadrados en un alfiz, en la cabecera, arquería de medio punto con un friso de largos billetes verticales (rollos) a modo de cornisa y nave única rematada en ábside semicircular. San Pedro es una excepción en que tiene planta en forma de cruz latina.

La iglesia fue declarada Monumento Histórico-Artístico en 1931, figura legal que la hace formar parte de la consideración de Bien de Interés Cultural.

Palacio de Miguel Torrero - Zaragoza

En su época fue la vivienda del infanzón y rico mercader Miguel Torrero. Construida hacia 1508, aunque desconocemos los nombres de los arquitectos que la erigieron.  Es un edificio que entra dentro de la tradición gótica, pero con algunos elementos novedosos del renacimiento.

El antiguo palacio ocupa un espacio irregular, ya que en el momento de su construcción no existía plaza, sino que había un entramado de callejas y edificios. Se erigió en la entonces llamada calle de San Voto de los Torreros. Años posteriores se derribaron las casas que estaban adosadas al palacio, trayendo consigo la apertura de dos plazas, la de Santa Cruz, en la parte posterior; y la de san Voto, casi en plaza Ariño, donde se abre la portada principal.


En el interior encontramos un detalle curioso, ya que el patio tiene tres niveles, no dos como era habitual en esos momentos en los patios aragoneses.


En la parte inferior columnas toscanas anilladas, tan típicas en el renacimiento aragonés. Desgraciadamente éstas están ocultas tras las estructuras de hormigón colocadas en las reformas de 1946, para reforzar la estructura del edificio.


Por encima de esta primera estructura se alza una preciosa galería de arcos mixtilíneos. El interior está totalmente acondicionado al colegio de arquitectos.

 

Sobre esta galería de arcos mixtilíneos se alza una galería de arcos conopiales.


La galería de arcos conopiales del tercer piso, enmarcados con decoración de yeso con columinillas en las jambas sobre las que se elevan los mencionados arcos conopiales, en cuyas enjutas observamos arquillos apuntados. 
Sobre este tercer piso, la preciosa techumbre con jacenas molduradas.

Lucernario del patio interior.

Esta casa fue construída para Miguel Torrero, infanzón y próspero mercader, muerto en 1518, perteneciente a una acomodada familia que poseía diversas propiedades en la zona, llamándose la calle San Voto de los Torreros. Se sabe que la casa está terminada antes de 1508, desconociéndose quiénes fueron sus artífices. Adquirido recientemente por el COAAR para establecer en ella su sede, ha sido restaurada conservándose las partes más significativas de la casa original, esto es: la fachada, la luna o patio interior, el núcleo principal de la vivienda formado por la sala y sus dos cámaras, y el cillero. Ocupa la casa un solar irregular, y estuvo edificada originalmente entre medianerías, recayendo la fachada principal a una estrecha e irregular calle, lo cual explica el quiebro que hace en su trazado (no existían ni la plaza de Ariño, ni la de Santa Cruz, siendo la fachada que da a ésta obra realizada por las Monjas de la Consolación en 1945-1946 en su acondicionamiento del edificio para Colegio, obras hechas por Regino Borobio). La fachada es de ladrillo caravista, fruto de la restauración reciente, pero en origen debía estar encalada o jaharrada, hecho muy frecuente en estas fechas tan tempranas del siglo XVI. Como elementos originales conserva la portada o portalada de ingreso en arco de medio punto con jambas de piedra y vanos enrejados en la planta baja, modificados lo mismo que los de la planta noble, fruto de reformas decimonónicas. El mirador no tiene un tratamiento unitario en la fachada, sino al contrario se diferencia cada uno de sus tramos. En la parte retranqueada y quiebro se abren estrechos y altos vanos de medio punto, mientras que en la parte saliente son de mayor luz y adintelados, con aplicaciones de yeso en los ángulos que le dan apariencia de arco. El alero de gran vuelo es de canes o cabezales lobulados que soportan las zapatas que prolongan el vuelo de aquél. En el interior, y tras el zaguán, se sitúa el patio o luna, en este caso de tres pisos. Contrastan en él estilísticamente las columnas toscanas anilladas que soportan la estructura adintelada de la planta baja (ocultas por las necesidades de reforzar la estructura surgida en las obras de 1946), con la delicada galería de columnillas fasciculadas y arcos mixtilíneos de la planta noble y los arcos conopiales del piso superior. Se plasmaba así la transición estilística del momento. Lo que fue el conjunto de la sala y sus dos cámaras, es hoy un espacio único más reducido al prescindirse en la reforma de 1946 de la cámara lateral hacia la plaza de Santa Cruz. Cubre todo este ámbito una techumbre de jácenas molduradas, cuyas calles están divididas en pequeños artesones destacándose la viga que indica el lugar en que estuvo el tabique de la otra cámara lateral. En los sótanos, los cilleros o bodegas conservan la estructura original de arcos y pilares característicos. La casa es similar a la que fuera de Gabriel Sánchez, el tesorero del Rey, pero más modesta, dentro de una composición artística de finales del gótico incorporando elementos del nuevo estilo.

Santuario de San Francisco Javier (Escatrón) Zaragoza

Este edificio, en ruinas, es parte de los restos de un antiguo colegio o seminario de jesuitas, algunas de cuyas dependencias, muy transformadas, convertidas en viviendas particulares y también ruinosas en la actualidad, se adosan a la iglesia por el costado de la epístola.

Es un edificio de planta de cruz latina, acusada únicamente en alzado, con una sola nave con capillas laterales, y cabecera recta.

Está construida en mampostería, con sillería en la fachada principal, situada a los pies, y ladrillo en los cuerpos superiores de las torres.

Estas son el elemento más destacado del exterior del edificio. Se trata de dos torres idénticas situadas en ambos extremos de la fachada. El cuerpo inferior de ambas está integrado en la misma. A continuación se dispone un cuerpo cuadrangular de escasa altura, en ladrillo, y, a continuación, un cuerpo octogonal rematado por una cupulilla hemiesférica. En este se abren estrechos vanos de medio punto en cada uno de los paramentos y presenta pilastras adosadas en las esquinas e impostas de carácter decorativo a distintas alturas.

La portada, situada en la parte central de la fachada de los pies, es en arco de medio punto, con la rosca escalonada a modo de esquemáticas arquivoltas y pilastras con capitel geométrico sustentando el arco a modo de jambas.

La puerta se encontraba tapiada en el momento de realización del inventario comarcal, siendo imposible el acceso en la actualidad al interior del edificio. Por este motivo, para la descripción del interior seguimos literalmente la realizada por Félix Benito Marín en su inventario arquitectónico de la provincia de Zaragoza:

"Los tres tramos de la nave y el presbiterio se cubren con bóveda de medio cañón con lunetos. El crucero se aboveda mediante una cúpula ciega sobre pechinas. Las capillas laterales con bóvedas de arista, son solo dos a cada lado, ya que el tramo de los pies está ocupado por las torres."

Castillo-Palacio del Papa Luna de Illueca (Zaragoza)
Fue el castillo familiar de los Luna y lugar de nacimiento del Papa Benedicto XIII, más conocido como Papa Luna.
El edificio es un imponente conjunto, situado en lo alto de la localidad. En él podrás encontrar diferentes estilos arquitéctonicos, entre ellos el mudéjar, declarado patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
No dejes de visitar la Sala Dorada o Salón del Protocolo, así como la alcoba privada de Don Pedro de Luna, decoradas con bellos artesonados de madera, junto con alguna otra estancia.
La iglesia de San Juan Bautista fue construida originalmente en estilo mudéjar. Podrás observar un paño de lazos octogonales tanto en la torre como en la nave. Del siglo XVII son las yeserías mudéjares con decoración de lazo de las bóvedas.
El castillo alberga la Hospedería Palacio del Papa Luna, un establecimiento hotelero de tres estrellas perteneciente a la Red de Hospederías de Aragón
Castillo templario de Monzón
El castillo de Monzón es una fortaleza única con diez siglos de historia militar continuada.
Declarado Monumento Nacional, el castillo de Monzón fue antiguo bastión musulmán. Desde el año 1143 fue sede de la principal encomienda templaria de la Corona de Aragón y en él se educó siendo niño Jaime I el Conquistador.
Acumula una torre musulmana, capilla y dependecias románicas, galerías subterráneas y defensas artilleras.
Su interior alberga un centro de interpretación dedicado al Temple que te introducirá en el fascinante mundo de los mon jes-guerreros de esta orden militar.
Castillo de Benabarre (Huesca)
Conquistado en 1062 por Ramiro I, perteneció a los condes de Ribagorza y fue lugar de realengo hasta 1137.
En el castillo de Benabarre se libraron numerosas batallas y fue derribado a principios del siglo XVII y vuelto a utilizar en el XIX con nuevas ejecuciones, permaneciendo activo en las guerras de Cataluña y Carlistas. Debido a estos conflictos bélicos, se reconstruyó para transformarlo en fuerte fusilero.
Hoy parece más un fuerte del siglo XIX, aunque conserva muros más antiguos de cuando fue el castillo palacio de los condes de Ribagorza. Así, se trata de un conjunto monumental de un solo recinto donde se integran todas las transformaciones del inmueble paralelas a los avatares históricos.
Se sitúa en lo alto de la población y es visible desde varios puntos de la zona. Está formado por la iglesia románica y la fortaleza, que datan del siglo XII. Consta de dos recintos, uno superior, más antiguo y de traza musulmana, del cual quedan paredones en la base de la roca en la que se asienta, así como la base de una torre de planta cuadrangular.
En el siglo XIV se realizó una reforma y se edificó la iglesia gótica, la actual Santa María de Valdeflores, a la que se accedía bajo una puerta en arco apuntado y  de la que se conserva el tramo de los pies. Se amplía el campanario, la cisterna rectangular del castillo y el cementerio, así como los lienzos del recinto inferior.
Catedral de Santa María de Huesca
Su bella catedral gótica es uno de los símbolos de la ciudad. Construida entre los siglos XIII y XVI, ocupa el solar que anteriormente ocupaba la mezquita.
La catedral de Huesca se encuentra en el lugar más elevado del cerro sobre el que se asentó la primitiva ciudad de Huesca. Junto con el ayuntamiento y otros edificios, constituye el centro del recinto histórico de la ciudad.
En su interior, contempla su impresionante retablo mayor, esculpido en alabastro por Damián Forment en los inicios del siglo XVI.
Anexo a la catedral está el Museo Diocesano, que alberga diversas colecciones de arte sacro provenientes tanto de la propia catedral como de distintas parroquias y museos de la diócesis de Huesca.
Catedral de San Pedro de Jaca
La catedral de Jaca fue la primera gran construcción románica de la península. Levantada a finales del siglo XI, nació ligada al nuevo reino de Aragón y al Camino de Santiago, convirtiéndose en templo de referencia.
Construida entre 1076 y 1082, su actual estado es resultado de diferentes etapas constructivas.
Consta de planta basilical de tres naves, divididas en el interior por pilares cilíndricos y cruciformes, tres ábsides en su cabecera y un amplio pórtico de dos tramos.
En el tímpano de la portada occidental podrás ver un crismón entre dos leones. Este motivo ornamental, aquí representado por primera vez, se extendería después a todas las iglesias aragonesas.
No te dejará indiferente su bella y abundante decoración escultórica, así como la riqueza de los capiteles del interior. En el exterior encontrarás las características típicas de la decoración jaquesa: friso ajedrezado en columnitas y arquillos ciegos adosados al muro. El claustro mayor del templo y otras salas colindantes acogen, además, desde 1963, el Museo Diocesan
o, donde se exponen de forma permanente los fondos artísticos de la diócesis.
Colegiata de Santa María la Mayor de Alquézar (Huesca)
Tras la reconquista, esta fortaleza musulmana se reconvirtió en colegiata cristiana y, en los siglos posteriores, se fueron añadiendo elementos de diversos estilos artísticos.
Tras la reconquista, esta fortaleza musulmana se reconvirtió en colegiata cristiana y, en los siglos posteriores, se fueron añadiendo elementos de diversos estilos artísticos.
De su etapa medieval se conservan algunas partes como la torre del vigía, ciertos tramos de la muralla y un ala del claustro con curiosos capiteles románicos. A partir del siglo XV, los muros del claustro se decoraron con hermosas pinturas murales. Desde el claustro podrás acceder al Museo de Arte Sacro, que contiene piezas que van desde el siglo XII hasta el XV. Anexa se encuentra la iglesia, obra renacentista del siglo XVI que en su interior alberga destacados bienes como el retablo mayor y un magnifico Cristo románico del siglo XIII.
Contémplalo con atención porque está considerado una pieza única.

Catedral del Salvador de Albarracín
Heredera del estilo gótico levantino, este templo alberga un interesante retablo mayor con bellos relieves y un bonito coro.
Construida en el siglo XVI sobre un anterior templo románico o mudéjar, la catedral del Salvador se añade a larga lista de atractivos de Albarracín.
Heredera del estilo gótico levantino, este templo alberga un interesante retablo mayor con bellos relieves y un bonito coro.
A través del claustro podrás acceder al Palacio Episcopal, que en la actualidad alberga el  Museo Diocesano y conserva una importante colección de tapices y orfebrería.
Desde el Centro de Información de la Fundación Santa María de Albarracín se organizan visitas guiadas por la ciudad que incluyen la excepcional visita a su catedral. 
Exterior del Monasterio de Piedra, Nuebalos (Zaragoza)







fundado a finales del siglo XII



Cascada del río Piedra 

Entrada a la gruta 

gruta






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