HISTORIA DE ARAGÓN (I)



Habiéndose apoderado de las Provincias de Asia las Naciones que salieron de la Arabia y acometido diversas veces el África, se enseñorearon finalmente de ella, cuando muerto el Emperador Leoncio, hizo retirar su sucesor Tiberio el ejército que residía allí. Pasados algunos años, en el tercero del reinado del Rey Rodrigo, 
último Rey de los Godos en España emprendieron éstos la conquista de este reino,inducidos,
e incitados por los hijos del Rey Witiza que pretendian tener derecho a la corona de España, y por el Conde don Julián cuyo honor había amancillado el rey Rodrigo en la persona de su hija.
Instigados los vencedores de su codicia, y de sus brutales pasiones, todo lo robaron, y lo profanaron , hollando con el mayor desprecio todos los derechos mas sagrados de Dios, y de los hombres y sin que los lamentos de los moribundos, ni los clamores de los que perdían más que la vida fuesen poderosos a detenerlos un punto, convirtieron en breve en un horroroso desierto las pobladas  y fértiles campiñas de España, escapándose sólo del común estrago los pocos que pudieron salvar la libertad, y la vida refugiándose a lo frogoso de los montes Pirineos, y de las montañas de Vizcaya, y Asturias. No contentos los Árabes con estas rápidas conquistas penetraron también en los montes  Pirineos saliendo por la ribera del Cinca  hasta Santa Justa, y ocupadas las principales fortalezas entraron en Francia ayudados de Eudo , Duque de Guiena que se valió de ellos para vencer y Carlos Martelo, príncipe de Francia , encargado por el Rey Childeberto II del gobierno del Reino y pasado el Garoña pusieron a saco la Ciudad de Burdeos, y se apoderaron de casi todo el Norte de la Francia; y ya hubieran ocupado toda si el Duque Endo arrepentido de haberse valido de ellos no hubiese unido sus fuerzas con la de Martelo, y hubiesen sido derrotados. Pero aunque vencidos los Árabes no desistieron de su intento, e inducidos de Mauricio, Conde de Marsella volvieron cinco años después, y se apoderaron de Avinion , Ciudad considerable de la Provenza, de la que fueron arrojados por Martelo hasta los confines de España, y echados después de casi toda Francia por su hijo Pepino.  
 Muerto Pepino su hijo, y sucesor en el trono de Francia Carlo Magno a petición de los cristianos pasó los montes Pirineos , y se apoderó de las Ciudades de Pamplona y Zaragoza  y después de haber demolido los muros de aquella, y dejado en ésta por Rey a Ibrubala que le había servido en su toma, pasó a aquella parte de la España, que hoy se comprende en el Principado de Cataluña, en donde los Moros pusieron bajo su obediencia las Ciudades de Gerona, y Barcelona; bien que en varios choques se vieron éstas sujetas ya a los moros, y a Carlo Magno. Por este tiempo , se dice, que Azen,  rey de Huesca, le entregó también las llaves de esta ciudad en señal de vasallage. En este estado estaban los Cristianos en esta parte de España, cuando habiendo marchado a Roma Carlo Magno a recibir al Papa León III la Investidura de emperador de Occidente, Ludovico su hijo, entendiendo que los moros querían arrojar el yugo, vino contra ellos, y entrando por la parte del Rosellón , taló y quemó toda, la tierra hasta Lérida  y demolida esta ciudad tomó a Huesca y dvidiendo después sus fuerzas, unas a llevar adelante sus conquistas, y otras, a sitiar a Barcelona, logró, al fin de aquel invierno apoderarse de esta Ciudad.
En el verano siguiente emprendió de nuevo sus conquistas, y con una división de su  Ejército tomó Tarragona  y se apoderó de todo el  Mediodía de Cataluña, al mismo tiempo  que la otra pasando de la parte de acá de los rios Ségre, Cinca, y Ebro se enseñoreó de toda aquella región, quemando, y robando la tierra, sin que tuviesen los moros fuerzas para resistirlo; y llevando siempre adelante sus conquistas se apoderó al año siguiente de Tortosa, ciudad muy principal, que con tanto esfuerzo había resistido los repetidos asaltos de los ejércitos Cristianos. Conquistada la Cataluña estableció en ella Carlo Magno nueve Condados , y restableciendo el culto en las Iglesias que habían florecido en tiempo de los Godos , se erigieron con autoridad de la  Santa Sede un arzobispado en Tarragona, y siete obispados en las Ciudades de Elna, Urgel, Roda, Tortosa, Barcelona, Vich, y Gerona.
El feliz suceso de sus armas hizo concebir, según escriben algunos, a Carlo Magno el designio de juntar la España toda a sus señoríos: con esta mira viendo que Alfonso, rey de Asturias no tenia hijos dicen que le prometió que movería guerra contra los moros, con mas empeño que nunca, con tal que su nieto Bernardo a quien había hecho Rey de Italia, fuese adoptado por él, y preferido a sus parientes todos. Lo cierto es que juntó un numeroso ejército, y se proponía entrar en España con él cuando entendiendo los grandes del reino cuales eran sus intentos, animados por Bernardo del Carpio sobrino del rey Don Alonso de Asturias juntaron gentes para oponérseles, y haciendo alianza con Marsilio Rey de Zaragoza le salieron al encuentro los Asturianos, los de Vizcaya, Álava y los de Navarra y Aragón: y junto con ellos el Rey Alfonso , llegaron a las manos entre ambos ejércitos en el puerto de Roncesvalles, donde se dio aquella batalla tan famosa en nuestros antiguos cronistas, y romanceros antiguos. El ejército de Cárlo Magno quedó enteramente derrotado, habiendo perecido la mayor,  y mejor parte de él, y los principales capitanes entre otros Roldan, conde de Bretaña. Poco tiempo después en el año 813 murió en Aquisgran Carlo Magno ,sucediendole en el trono de Francia, y en el Imperio de Occidente su hijo Ludovico Pio. 
Entre los Godos que se refugiaron a los montes Pirineos, huyendo de la opresión de los Moros, hubo dos de señalado valor, Aznar conde de Aragón, y Galindo su hijo, que eran señores de aquella parte de los montes Pirinéos , en donde está la Ciudad de Jaca. 
Éstos se apoderaron de los montes de Aspa, y penetrando por el valle de Sobrarbe hicieron frecuentes incursiones en los moros con el fin de lanzarlos de allí, y seguir sus conquistas por esta parte del reino, se juntó éstos otro principe, no menos valeroso que era del linaje de Carlo Magno, el que después de haber arrojado a los moros de lo mas áspero del Condado de Ribagorza, había tomado el título de conde: éste habiéndose casado con Theuda, hija del conde Galindo, unió sus fuerzas a las de su Suegro, y a las del Conde Aznar, y juntos los tres intentaron arrojar a los Moros de su Patria. Ocupaban éstos por este tiempo la mayor parte de Sobrarbe, Ribagorza, y Pallás pero de tal manera fueron acometidos por los cristianos que se víeron precisados a cederles el terreno, desde el grado que llaman de Aras, hasta el grado de San Cristóbal y desde el río Isavena, hasta el Castillo de Ribagorza. En este terreno se poblaron varios lugares, y se fundó el Monasterio de Ovarra, debajo de una gran roca, que antiguamente se llamó el castillo de Ribagorza a la rivera del Isávena, donde antes de la irrupción de los moros, se había fundado un Monasterio, bajo la regla de San Benito lugar en que fueron enterrados después el Conde Bernardo, y la condesa Theuda su esposa.. Animados los cristianos del feliz suceso de sus armas licitaron adelante sus conquistas, y penetrando por la parte de allá del Rio Noguera, lanzaron a los moros; de los puestos mas fuertes del Condado de Pallás. 
Era al mismo tiempo en Francia señor de aquella parte, que se llamó después Langüedoc, el conde Bernardo, príncipe de señalado valor, y gran privado del rey Ludovico Pío , que lo había elegido como general de las tropas, que militaba a su sueldo en el Principado de Cataluña, después que muerto el emperador Carlo Magno su padre, por el descuido de los gobernadores, y generales se habían revelado a su obediencia varios lugares de este principado. El esmero con que cumplió el conde Bernardo las órdenes del rey Ludovico le grangearon el título de conde de Barcelona, siendo el primero que obtuviese este dictado. 
Las tierras de España, que en aquel tiempo estaban bajo el dominio del emperador Ludovico eran todas las que los Franceses habían ganado de los moros, desde los condados de Rosenot, y Cerdania a la falda de los Pirineos, hasta el Val de Gistao, que está junto al nacimiento del río Cinca en cuyos límites se comprendían Cerdania, Urgél, Val de Andorra, el Condado de Pallás , y toda Ribagorza. En todos estos parajes, subyugados los moros por las armas de los Cristianos, y restablecido el culto de Jesucristo se restauraron varias Iglesias, entre otras la de Barcelona dedicada a la invocación de la Cruz , y las de San Cucufate, y San Feliu. 
De los Cristianos, que huyeron de la opresión de los moros se refugiaron a lo escabroso de los montes Pirineos, llegaron como unos trescientos al monte Paño, situado al suroeste de la ciudad  de Jaca en donde resueltos a hacer frente a los moros, construyeron una fortaleza en el sitio donde hoy se haya el real Monasterio de San Juan de la Peña. Los moros cuando tuvieron noticia de ésto, enviaron contra ellos un numeroso ejército,que en breve arruinó la fortaleza, llevándose cautivos a los que habían escapado del filo de sus alfanrges. No desmayaron con esta desgracia los cristianos; antes bien, resueltos a llevar adelante sus miras, se congregaron de nuevo en una gran cueva a corta distancia del mismo paraje, donde habían edificado el primer fuerte, y animados por los sabios consejos de los santos Anacoretas Voto, y Feliz, que vivían allí retirados del mundo, por estar en aquel sitio el Cadáver de San Juan de Atares, que les había precedido en aquel genero de vida, tomaron las medidas necesarias para oponerse con suceso  a la opresión de los moros.
Para este efecto pensaron lo primero en elegir entre sí un jefe a quien todos siguiesen, y obedeciesen juntos pues nombraron de común acuerdo a D. García Ximenez, sucediendo, esta elección, en el año 724. Después se encaminaron a la Villa de Aínsa capital de 
Sobrarbe, y lanzaron de ella a los moros asentando allí desde entonces su trono los reyes de Sobrarbe; después tomaron a Sangüesa y otros pueblos de Navarra llevando siempre adelante sus conquistas hasta el año 758 en que murió el rey Garci Ximenez.. Don Garcí Iñiguez su sucesor tomó de los moros la ciudad de Pamplona, que en diversas ocasiones había sido ya de éstos, ya de los Franceses, ya de los asturianos; y aunque la perdió luego otra vez, no por eso dejó el título de rey de Pamplona.
En su tiempo tuvieron principio los condes. soberanos de Aragón siendo el primero de ellos Don Aznar, que después de haber tomado de los moros la ciudad de Jaca, y hacerse dueño de aquel territorio los derrotó poco después consiguiendo de ellos.una gloriosísima victoria. 
A Don Garci Iñiguez le succedió en el trono de Sobrarbe Don Fortuno Garcés, a quien algunos historiadores atribuyen la derrota del ejército de Carlo Magno en Roncesvalles: éste a imitación de sus antecesores persiguió constantemente a los moros, y derrotó en la famosa batalla de Oleas un poderoso ejército del rey de Córdoba, en la que se señalaron mucho. los Roncaleses.
Muerto Don Fortuño le succedió don Sancho Garcés. Por este tiempo los de Pamplona disgustados de Don Alonso el Casto rey de Oviedo a quien estaban sujetos se le revelaron, y se entregaron al rey de Sobrarbe Don Sancho. Poco después los moros de vuelta de una expedición en Francia entraron en Navarra, y venciendo con su excesivo número a, los cristianos se apoderaron de todo el terreno, después de haber quedado muertos en el campo el mismo rey don Sancho y el Conde de Aragón don Ximeno. Aznar. 


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